Mirándonos placidamente desde un lugar lleno de fe y alegría se encuentra mama Oliva, ya ha pasado algún tiempo pero su mirada sigue enternecida y firme abrazándonos con vehemencia y decisión. Ya no podemos saborear sus exquisitos almuerzos pero podemos sentir el corazón lleno de sus enseñanzas y el sentimiento de permanencia en el tiempo.
Dios llamo a mamá Oliva y esta en su presencia, la eternidad ya se ha convertido en su estado y nos cobija cada instante con su recto proceder, robusta como siempre ha trascendido su convicción en la familia, sigue y seguirá sembrando la semilla de la unión y el amor fraternal.
Su tarea ahora en nosotros ha cobrado mas vida que nunca, nos ha cuidado como hasta ahora, y nos ha dado el fruto de su cosecha para que lo compartamos y demos gracias a Dios por estar unidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario